martes, 17 de noviembre de 2009

LOBO ESTEPARIO Y LUNA

PRELUDIO DEL LOBO ESTEPARIO

Lectura indómita, cálida.
Sueños en letra de molde,
sueños que llegan, retornan
de un oscuro olvido.

Tu lobo estepario levanta la oreja,
firme y atento escucha,
un ligero susurro crece,
a la distancia, se acerca.

Luna llena, tu Tepozteco,
el viento lleva, veloz,
la música que tranquiliza
a la bestia. Sí. Es
Carmina Burana.

JC



PIEZA DE LUNA

No hubo luna llena.

No fue necesario el lavatorio sangriento.

La bestia fue domada.

El susurro a lo lejos se fue ensamblando a su piel, piel canela. Cada vez el susurro se hizo más fuerte hasta que el canto místico, el canto inmemorial, apaciguó su sed. Mientras su aullido retumbaba en mis oídos y en mi piel, que se fundieron en sus ojos.

El ritmo de la oscuridad se convirtió en inigualable aliado. Cada pieza se llenaba de más fuerza. Cada movimiento era un suave vaivén de aquél susurro. Una lucha apasionada se libraba en aquél escenario multifacético.

Cantata majestuosa. Así fue, Carmina Burana.

¡Oh, Fortuna, como la luna… como juego, la agudeza de la mente.

Suerte cruel e inútil, tú eres una rueda voluble… cubierta de sombras y velada brillas también para mí; ahora, por el juego de tu maldad, llevo la espalda desnuda…La suerte de la virtud ahora me es contraria.

En esta hora, sin demora, impulsad los latidos del corazón, el cual, por azar, hace caer al fuerte.

¡Llorad todos conmigo!

Cantata majestuosa. Sí, Carmina Burana.


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