Dicen que soy una romántica empedernida. Sí, tal vez.
Dicen que soy una cursi empedernida. Sí, tal vez.
Dicen que soy una noña, con qué se come eso.
Dicen que soy “una cosa que hace daño a otra, maleándola o echándola a perder”, mmm eso sí que es nuevo eh!, bueno he usado la definición, porque la palabra me es muy grotesca.
Lo cierto es que busco en la radio, internet o tele, aquella canción que acompañe la historia de mi vida, de mi día. Sí.
Piensan que soy la clásica princesita que espera a su príncipe azul, montando un bello corcel blanco porque la Vida es Rosa…
Después de tres décadas…
Ñaaaa. ¡Ni madres! La vida no es rosa ni azul, es gris, y depende de mí “ponerle colorcitos” y a putazos me ha enseñado que esos “lindos” no existen.
Que son sueños baratos y pendejos.
Lo cierto es que hoy por hoy, nadie me conoce. Me caga la idea de que piensan que por abrir mis sentimientos pueden saber quién chingados soy. La neta, no… jajaja, me cagan.
Yo soy libre, por eso aún sigo aquí, no sé qué tanto, pero si más fuerte, porque yo si los conozco.
En mi vida no he tropezado con piedras, sino con montañas enteras y nadie, nada podrá detenerme.
Que algunos lean aquí ardor, no. No lo conozco. Celos, neta, no. Desamor, ja, ya me he vacunado. Egoísmo, chance, la verdad estoy en el punto donde he tendido lo que he querido y ahora el compartir hasta un kleenex con mocos, me hace ruido, porqué lo he de compartir…
Ñaaaa. ¡Ni madres!